lunes, 7 de junio de 2010

Integrar el cómic en el aula

Aunque el Cómic no tiene la gran aceptación que tenía antiguamente, los niños encuentran en ellos un medio de ocio, evasión y aprendizaje. Para los adultos es medio de distracción, de comunicación y puede convertirse con facilidad en instrumento didáctico.
Muchos docentes, en cambio, rechazan el cómic como medio de aprendizaje -más que por el propio lenguaje, por las temáticas que se han asociado a este medio audiovisual-, considerándolo como modelos de una cultura pobre, tipos antisociales, con presencia de personajes marginados, violentos, etc.
Es cierto que estos clichés han estado y siguen presentes a veces en los tebeos. Pero también es verdad que dentro del género, cabe una amplia multiplicidad de propuestas que recogen fino humor, aventuras novelescas, divertidas historietas, mensajes responsables de interés social, transmisión de valores etc. Mediante el cómic se pueden narrar historias y explicar procesos de producción, haciendo más atractivo cualquier mensaje. El cómic tiene la ventaja sobre cualquier otro medio en que todo vale en cuanto a posibilidades creativas y estilos de producción. Las potencialidades expresivas y comunicativas del cómic no han sabido aprovecharse en los centros educativos.

Ante la importancia de este medio gráfico visual, la alternativa no puede ser ignorarlos como medio de lectura y expresión personal, sino integrarlos en el aula, intentando explotar sus vertientes más positivas para el proceso de aprendizaje. Analizarlos críticamente en el aula, dando espacios para su lectura e interpretación y buscando pautas individuales y colectivas para la comprensión global de sus mensajes, es sin duda también una labor trascendental en cualquier acción formativa.

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